sábado, 20 de septiembre de 2008

Ortografía

El suplemento "es" de La Vanguardia de hoy sábado, 20 de septiembre de 2008, dedica un artículo a la ortografía y su posible reforma. En él se recoge la manifestación de un profesor de lengua que niega que el incremento de las faltas de ortografía sea consecuencia de la degradación de la enseñanza, afirmando que no pueden compararse los resultados escolares de ahora con los de anteriores generaciones, en que la mayoría de los chicos abandonaban los estudios a los 10 o 12 años para pasar al mundo laboral.

Este argumento sólo puede tener validez si significa que sólo los más inteligentes continuaban estudiando, mientras quienes abandonaban los estudios eran siempre los mediocres. Y ello, supuesto que la ortografía sea algo tan complejo que sólo inteligencias privilegiadas puedan dominarla. Pero si quienes abandonaban los estudios eran los que no tenían medios económicos, entre quienes los proseguían habría una minoría de superdotados y una mayoría de personas de inteligencia media. Si la media no ha descendido, al aumentar el número de jóvenes escolarizados no tiene por qué disminuir el nivel de sus conocimientos, salvo que la enseñanza sea peor.

Hace años, una buena caligrafía y una buena ortografía eran las tarjetas de visita de una persona educada (y, en este aspecto, "educación" significaba tanto "formación" como "cortesía"). La educación daba prestigio social y se presuponía que otorgaba acceso a una ocupación bien remunerada. Por tanto, las familias exigían a sus retoños que aprendiesen a escribir correctamente, como primer paso de la promoción social que soñaban para ellos.

Hoy, en cambio, el prestigio social y la riqueza no van ligados a la educación. Los famosos son, demasiado frecuentemente, unos incultos; hasta pueden llegar a ser famosos por su incultura. En cuanto al dinero, las ocupaciones mejor remuneradas dependen de las dotes físicas (deportistas de élite, modelos, actores -pido perdón a los cómicos, que han tenido que aprender a actuar a base de años-, cantantes que nunca han estudiado música...).

Los padres se han dado cuenta de que la formación es un factor poco importante para el éxito en la vida. Sólo algunos conocimientos se valoran positivamente (es el caso del inglés). Por tanto, no aconsejan, y menos exigen, a sus hijos que se esfuercen en formarse.

La ortografía sólo tendrá valor cuando quienes la dominen tengan preferencia para acceder a puestos de trabajo bien remunerados frente a quienes cometan gran número de faltas, sea por impedir la obtención de un título universitario, sea por ser exigida por los empleadores. Si el mercado no la exige, si no tiene ninguna importancia práctica, la degradación continuará.

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