miércoles, 21 de enero de 2009

Dignidad

Jordi Pujol pide "una reacción" si fracasan Estatut y financiación.

http://www.lavanguardia.es/free/edicionimpresa/res/20090121/53624416200.html?urlback=http://www.lavanguardia.es/premium/edicionimpresa/20090121/53624416200.html

Lo que se cuida muy mucho de decir es qué tipo de reacción aconseja. ¿Un plan soberanista, como Ibarretxe? ¿Una huelga general?¿Una declaración unilateral de independencia?¿Votar unánimemente a CiU? No se va a mojar un político tan curtido.

Pero hay que recordarle varias cosas: que su formación política es corresponsable de lo que pase con un Estatut que contribuyó a hacer como hoy es, simplemente por oportunismo político. Primero, con una subasta irresponsable de soberanismo, a la que se prestó CiU temerosa de que el tripartito le arrebatase la senyera. Y, después, con el pacto entre Zapatero y Artur Mas, en un clarísimo ejemplo de la clásica política pujoliana de "peix al cove" (para el partido, no para el país, no hace falta decirlo; aunque tal vez él los confunda).

Segundo, que las dificultades en la financiación provienen de los pactos a que llegó el propio Pujol con el otro partido conservador, el PP, cuando éste gobernaba el Estado y CiU en su feudo.

Tercero, que si no se pueden superar estas dificultades es por la exigencia nacionalista de que, además de una mejor financiación, se atribuya a Cataluña un régimen diferente, "se reconozca el hecho diferencial catalán". Pedir un reparto mejor, más justo, de unos dineros que son de todos no puede ser criticado (aunque siempre habría sido precisa una negociación). Pedir, además, un trato diferenciado es políticamente equivalente a pedir privilegios y éso no lo puede tolerar ningún político de otra Comunidad.

Por último, que el autogobierno consiste en la capacidad de decisión, no en el folklore. Pujol, como ha hecho siempre, considera más importante el idioma en que está escrita la etiqueta que el producto contenido en el envase. Por éso pide que los demás le reconozcan una diferencia, en lugar de crearla con una política beneficiosa para Cataluña. Ésto no es importante. ¿O, tal vez, el propio Jordi Pujol no está convencido de la diferencia y por ello pide que los demás le convenzan?

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