martes, 25 de noviembre de 2008

Maltrato

Hoy se celebra el día contra el maltrato y casi me apetece ponerme de parte de los maltratadores. No tengo pareja y, precisamente por éso me siento agredido: la literatura políticamente correcta acerca de la violencia de género nos considera a los varones prácticamente unos meros sospechosos de maltrato, unos maltratadores en potencia. Parece que quieran que nos avergoncemos de lo que no hacemos, simplemente porque otros lo hacen y, por tanto, nosotros podríamos hacerlo.

Que quede claro: la mujer maltratada no es culpable del maltrato. El maltratador es responsable de sus actos, no una víctima de la malvada sociedad.

Ahora bien, el maltratador actúa así porque no sabe superar de una manera mínimamente decente una situación que no comprende y le supera; corregir este problema ayudará a evitar el maltrato.

El hombre, hoy, se encuentra con que sus valores, aquellos en los que ha sido educado, no cuentan. Cumplir la principal obligación que nos han inculcado a los hombres, ser un buen proveedor, no tiene ningún valor. Sólo cuentan los valores femeninos: la empatía, la sensibilidad, el detallismo...aquéllo de que carecemos los varones, aquéllo que nadie nos ha enseñado. El hombre que ha aprendido que debe mantener a su familia y protegerla es casi ridículo. Y, claro, si ve negados y despreciados los valores sobre los que asienta su vida, no sabe cómo reaccionar. Y reacciona mal.

Otra cosa, sólo una pregunta: la mujer tiene, según dicen, mucha más habilidad verbal que el varón. ¿No se verá éste acorralado en una discusión y, por tanto, impelido a llevar esa discusión al terreno que le es más propicio, la fuerza física? La mujer tiene, además, un tono de voz agudo, estridente cuando se enfada, que fácilmente saca de quicio a un hombre que ya está nervioso.

Insisto: no pretendo explicar y menos justificar el maltrato. Sólo apuntar elementos que pueden influir en este comportamiento inaceptable. Piénsenlo.

No hay comentarios: