sábado, 6 de abril de 2013

A vueltas con el inglés

Estoy de acuerdo con el conseller de Eonomia i Coneixement en la importancia de que nuestros jóvenes dominen el inglés; en realidad, creo que existe un amplísimo consenso en este sentido, al menos es lo que se desprende de las declaraciones de políticos, líderes empresariales y prácticamente todo aquél que emite una opinión al respecto. http://www.lavanguardia.com/vida/20130406/54372064211/universitarios-acceden-sin-nivel-minimo-ingles.html

Ahora bien, la medida que propone, consistente en exigir la acreditación del dominio de la lengua inglesa para obtener un título universitario plantea algunas dudas. En primer lugar, se dice que el dominio del inglés resulta imprescindible para todos, no solo para los universitarios. Además, se trata de una materia incluida en los planes de estudios de la enseñanza primaria y secundaria. Y esas enseñanzas son regladas por el mismo gobierno del que forma parte el conseller. ¿No es ahí donde está realmente el problema y, por tanto, donde se ha de encontrar y aplicar la solución?

Sería más lógico que se exigiese un nivel adecuado de inglés para obtener el título que otorga la enseñanza secundaria (y, en su caso, el equivalente en Formación Profesional). Y, si se quiere, exigir un nivel aún mejor en las pruebas de acceso a la Universidad. Así, los universitarios podrían acceder a la literatura especializada  en inglés, no solo manuales, sino sobre todo "papers", que es donde se exponen los últimos avances de las diferentes ciencias, lo que habría de redundar en una mejora del nivel de nuestras Universidades.

Pero lo que se propone no deja de ser lo que los psicólogos conductistas denominan un refuerzo, en concreto de carácter negativo. En el tradicional ejemplo del palo y la zanahoria, se trata del palo. La pregunta inmediata es: ¿y la zanahoria? En otros términos, ¿qué beneficios obtiene u obtendrá quien domine el inglés?

Si la creencia generalizada de que el inglés es necesario para obtener trabajo, para desenvolverse en el mundo de la empresa, sobre todo en esta economía globalizada fuese cierta, quienes se encuentran en el mercado laboral estarían tratando de aprender inglés a marchas forzadas, ya que tendrían un refuerzo positivo, mejorar sus expectativas de encontrar trabajo, o un trabajo mejor y más retribuido, y un refuerzo negativo, la imposibilidad de acceder a esos puestos de trabajo. La enseñanza, pública y privada, reglada y no reglada tendría dificultades para atender toda la demanda de enseñanza del inglés. Pero no parece que ésto suceda.

¿No será que estos refuerzos no funcionan? ¿Que quien domina el inglés no ve recompensado ese conocimiento con el acceso más fácil a puestos mejor retribuidos?¿Que las empresas tienen sobradamente cubierta su demanda de profesionales que dominen el inglés, por lo que no ofrecen mejores condiciones a quienes acrediten su conocimiento, o no las ofrecen peores a quienes no conocen este idioma?

Durante los años de bonanza, nuestra economía se basó en dos actividades: el turismo, que exige el conocimiento de idiomas, pero que ofrece tan solo trabajos estacionales, que no exigen formación y que, en una medida importante se cubren con nacionales de los países de los que proceden los visitantes, y la construcción, que no precisa el conocimiento de idiomas. Y parece evidente, por sus actos, que tanto el gobierno catalán como el del Estado pretenden volver, superada la crisis, a esa economía. ¿Para qué necesitamos el inglés??No será esa la causa real del problema?


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