jueves, 11 de febrero de 2010

Federalismo

Me parece que Francesc de Carreras se deja llevar, en su artículo de hoy, en "La Vanguardia" ("¿Hay federalistas en España?) por los conocimientos propios de su especialidad y olvida los sentimientos que subyacen bajo el concepto de federalismo que postula el PSC.

El PSC, está dominado, por cálculo electoral, por los nacionalistas de izquierda. Gentes como Maragall (los dos hermanos), tan nacionalistas como Pujol, pero menos conservadores en materia económica y religiosa. Como el partido sabe que los charnegos del Baix Llobregat no tienen más opción que votar al PSC (ellos quisieran votar al PSOE, pero no se presenta en Cataluña) o a ICV, que sólo puede formar gobierno con el PSC (salvo un crecimiento de ERC poco probable), buscan votos entre los nacionalistas, dando al partido un perfil claramente nacionalista. Ello se ve acentuado en la actualidad por la necesidad de ERC para mantenerse en el poder.

El proyecto nacionalista, tanto da si de CiU, de ERC o de los nacionalistas del PSC consiste en la construcción de la nación catalana: una Cataluña depurada de la influencia española, de lengua y cultura exclusivamente catalanas. Algo que no existe en la actualidad (basta con echar un vistazo a la encuesta lingüística de 2008 del Idescat) y que, evidentemente, exige aumentar las diferencias con España (España como opuesta a Cataluña, sobra decirlo) y crearlas cuando no existen o no son suficientes.

A este objetivo responde la política lingüística, cultural, educativa de la Generalidad, que no se diferencia bajo el tripartito de lo que sucedía en tiempos del pujolismo. Al mismo objetivo responde la creación de las veguerías o la publicación soterrada del Código civil catalán.

El federalismo asimétrico responde al mismo objetivo. Si Cataluña obtiene un estatus diferenciado, distintas instituciones o competencias respecto del resto de España, logra una diferencia real y, por tanto, al mismo tiempo, contribuye a crear y ve reconocida su condición nacional.

Por ello Pujol insistía en el reconocimiento del "fet diferencial". Por ello tiene importancia la inclusión de la palabra "nación" en el Estatuto de Autonomía. Por ello el mismo Estatuto pretende imponer ese bilateralismo imposible.

Si los partidos catalanes pretendiesen trabajar en beneficio de los ciudadanos de Cataluña, su preocupación sería ejercer las competencias de la Generalidad, que no son pocas, para prestar los mejores servicios públicos que permitiesen los recursos disponibles. El que otras Comunidades Autónomas, históricas o de nuevo cuño, tuviesen las mismas competencias, no tendría importancia: en nada favorece o perjudica el ejercicio de las competencias del gobierno catalán.

Pero lo que importa no son los servicios públicos, lo que importan no son los ciudadanos de Cataluña. Lo que importa es la construcción de la nación catalana y a ello se deben sacrificar los demás valores.

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